Rápidamente, los generales del viejo ejército de los zares Kaledin y Kolchak comenzaron a preparar una respuesta militar contra el nuevo poder de los soviets. En la cuenca del río Don, Krasnov preparaba fuerzas de los cosacos, junto a los cuales se había refugiado Kerensky. Menches y social revolucionaron se sumaron a los preparativos de la contrarrevolución burguesa imperialista. Desde Londres y Paris mandaron una temprana señal de apoyo cuando el 12 de diciembre de 1917 desembarcaron en un lejano puerto del Artico, Murmansk, tropas inglesas y francesas.